Aunque nos de pereza, siempre es más sabroso y saludable el sofrito hecho en casa.
Y es que es un pequeño-gran tesoro de la cocina que siempre te alegra cualquier plato y que es la base principal de la mayoría de los arroces.
Bueno, no te negaré que a mi también me da pereza preparar un buen sofrito, pero como no quiero renunciar a esta maravilla de la cocina me he ingeniado un truquito.
Como prácticamente tengo el mismo trabajo en hacer poco que mucho, pues hago una buena cantidad de sofrito cada vez . Cuando ya está hecho lo dejo enfriar bien (lo dejo toda una noche en la nevera) lo pongo en una o dos bolsas de plástico de las que venden para congelados y lo distribuyo por la bolsa de manera que quede una capa de unos dos cm. de grosor.
Entonces, cuando quiero utilizarlo sólo tengo que abrir el congelador y partir fácilmente un trozo con mis manos.
Y bueno, ya está, así siempre tendrás el sofrito a punto para dar vida a cualquier plato que cocines.
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