La finalidad de las infusiones y de las decocciones es que los principios activos de una o varias plantas pasen al agua mediante el calor.
En una infusión solamente hierve el agua y no la planta, es decir, que introducimos las flores o las hojas desmenuzadas de una o varias plantas en agua muy caliente, o los sobrecitos que venden en los establecimientos. No hace falta hervir la planta porque usamos las partes más tiernas y el tiempo de reposo oscila entre 5 y 10 minutos.
En una decocción, hierve el agua y la planta. El motivo es que usamos sus raíces, corteza, tallos o semillas que son partes más duras. Tiene que hervir a fuego lento, y el tiempo de ebullición dependerá de la dureza de lo que estemos usando, generalmente de 2 a 20 minutos, incluso 30 minutos.
Tanto las infusiones como las decocciones son tisanas. Hay un tercer tipo de tisana que se prepara con agua fría, son las maceraciones.
La maceración es el método por el cual se extraen los principios activos dejando reposar la planta en agua fría durante un período largo de tiempo, desde 6 horas a varias semanas.
A veces, generalizamos y llamamos “té” a cualquier infusión, pero en realidad el té es la tisana que obtenemos a partir de la infusión de las flores de la Camellia sinensis.
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