Lo primero que tienes que tener en cuenta para mantener los dientes sanos es el de mantener una higiene correcta.
En primer lugar con un buen cepillado. Cepíllate los dientes después de cada comida y, sobretodo antes de acostarte.
La manera correcta de cepillarte los dientes es pasándoles el cepillo con un movimiento en vertical de la encía hacia el diente y nunca al revés.
Después, cepíllate la lengua y el resto de la boca. Éstas son las grandes olvidadas cuando nos lavamos los dientes.
Te aconsejamos que utilices el hilo dental (de seda) al menos una vez al día. Es la manera más eficaz para eliminar los restos de comida que el cepillado, por más bien que lo hagas, no elimina.
Es interesante que, al menos una vez al día y, si puede ser antes de acostarte, hagas un enjuague bucal con uno de los elixires que venden en las farmacias.
Para mantener tus dientes más blancos, puedes prepararte un enjuague casero mezclando agua con bicarbonato sódico.
Pero, ten cuidado, no utilices esta preparación a diario, porque el bicarbonato entonces resultaría agresivo para tus dientes. Con que los enjuagues una vez cada quince días es más que suficiente. Si quieres usar el bicarbonato cada día, te aconsejo que uses un dentífrico específico para ello (ya que las dosis estarán muy calculadas) de venta en farmacias y grandes superficies.
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