Ya sabes que los gatos son muy limpios y, como parte de su higiene, se mordisquean las uñas para mantenerlas limpias. También “rascan” donde les parece bien a ellos, que no tiene porque ser donde te parece bien a ti.
Lo primero que debes hacer es comprar un cortaúñas especial para mascotas. Estos cortaúñas tienen una muesca redondeada y el calibre de esta muesca está en función del tamaño del animal (periquitos, gatos, perros grandes o pequeños).
Ten especial cuidado de no cortar demasiado: si dudas, pregunta a tu veterinario o bien al dependiente que te atienda. Recuerda que los gatos tienen 5 en las patas delanteras (suelen estar más largas y afiladas) y 4 en las traseras (son más fuertes y romas). Cuando las cortes, hazlo con buena iluminación para poder ver bien hasta donde llega la zona inervada de la uña y cortar por debajo; es mejor cortar menos que demasiado.
Acostúmbralo a recibir un premio después, porque de este modo (aunque no les gusta nada) se las dejará cortar cada vez con menos reticencias, esperando su premio. También puedes optar por hacerlo antes de darle la comida, es un truquito que funciona igual de bien.
Otro aspecto a tener en cuenta es facilitarle un sitio donde pueda rascar. A los gatos les encanta hacerlo. Una solución casera es darles una caja de cartón, ya que también jugarán a esconderse. Pero esto tiene un par de inconvenientes: el primero es que tendrás que barrer con más frecuencia porque poco a poco la hará añicos, y el segundo, y más conflictivo, es que se confunda y crea que puede jugar con cualquier caja.
Lo ideal es que tenga su propio rascador. Los hay de muchos precios y formas. El de la foto lo puede usar también para subirse. Hay otros que se sujetan a la pared y son planos. Así te ahorrarás algún disgusto y tu gato sabrá exactamente dónde lo debe hacer.
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