Si te has fijado un objetivo pero no tienes claro si podrás alcanzarlo, sigue estos pasos sin saltarte ninguno:
1.- Debes tener ilusión pero también ser realista. Coge una hoja de papel y escribe aquello que quieres conseguir. Lo has de querer y tenerlo claro.
2.- Haz una lista con las ventajas y otra con los inconvenientes que te pueda ocasionar el hecho de conseguirlo o el proceso hasta conseguirlo. Resuélvelos.
3.- Ahora escribe una “hoja de ruta” con horarios y objetivos a corto, medio y largo plazo, y los pasos a seguir.
4.- Visualiza tu éxito. Busca una fotografía que represente aquello que quieres y ponla en un lugar visible. Esto te motivará para seguir adelante.
5.- No pierdas tiempo y pasa a la acción rápidamente: no valen las excusas.
6.- Debes seguir tu plan de trabajo de forma ordenada y tranquila. Sin prisa pero sin pausa, porque así, aunque te cueste un esfuerzo, la sensación será relajada.
7.- Para luchar contra los pensamientos negativos o de cansancio, escríbelos, visualiza tu éxito y respóndete cómo resolverlos. Seguro que pierden fuerza o desaparecen.
8.- Felicítate cuando consigas los puntos fijados diariamente: el mérito es tuyo.
9.- Si ves que la hoja de ruta no acaba de funcionar, no pasa nada, haz otra. Puede ser que el horario o el orden de objetivos no sea el adecuado, o bien que necesites aprender alguna cosa concreta, etc.
10.- Tu actitud mental ha de ser positiva, optimista y alegre. No deben afectarte las críticas negativas: sácales partido volviéndolas constructivas y así poder mejorar, pero no dejes que te influyan ni que te hundan.
Mírate en el espejo, sonríete y te dices que ya lo estás consiguiendo.
Si tienes hijos, ésta es una valiosa lección de la cultura del esfuerzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario