Hace ya muchos años que confeccioné una parrilla de regalos, donde las filas son personas (padre, madre, marido, hija, hijo, etc.) y las columnas son los motivos del regalo (cumpleaños, santo, Papá Noel, Reyes). Además tengo otra en la que puse: Navidad (adornos, comida congelada, comida especial), Halloween (juegos, disfraces, adornos, comida especial), y así con el resto de fiestas que se celebran en la casa (Santos Inocentes, San Juan, cumpleaños, etc.).
Habitualmente de medio a un año vista, es decir, al día siguiente de Halloween ya empiezo a pensar en Halloween del próximo año. Esto permite programar compras y juegos y hacer participar a los hijos.
Cuando paso por una tienda y veo algo que sé que es del agrado de alguien de la lista (y si está bien de precio), lo compro, le pongo una nota diciendo qué es y para quién es (porque seguro que se olvida) y después lo anoto en la parrilla.
Si prevés los gastos de esta manera, estarás más tranquila y ahorrarás, por cuatro motivos:
1.- No tendrás la presión de comprar con urgencia.
2.- Comprar fuera de temporada es mas económico. Por ejemplo: ahora ya ha pasado Halloween y las tiendas quieren sacarse de encima el género que no han vendido, por tanto rebajan los precios. Más de dos y tres veces he comprado figuras y adornos navideños en julio y, aunque no lo regalan, sale mucho más económico. De la misma manera, la comida congelada también la compro así, cuando está bien de precio.
3.- Puedes encontrar una tienda que esté liquidando género.
4.- Si favoreces la participación de tus hijos, ellos mismos pueden confeccionar algunos regalos y ayudar en la decoración (con cenefas, dibujos, etc.). Por ejemplo: un año mi hija mayor pirograbó una cajita de madera virgen, otro mi hija pequeña hizo, dibujo y plastificó puntos de libro a modo de felicitación navideña; en un Halloween hicieron gorros de brujas para toda la familia y decoraron pizzas como caras de monstruos y calaveras, etc.,...
Cuando hablamos de los Reyes Magos, surge un problema con este sistema: la casa se te va a llenar y, lo que es peor, los más pequeños nos pueden descubrir. ¿Cómo lo solucioné? Siempre voy a la misma juguetería, la cual me gusta mucho, y allí me los guardan. Sé que no lo hacen en todas, pero hacerlo así a mi me va muy bien. De esta manera la mayor parte de los juguetes están en la tienda, y los que compro en otras tiendas son los únicos que tengo camuflados en casa.
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